Con mascarilla y guantes y esmerándose en observar el distanciamiento social, los singapurenses votaron este viernes en elecciones generales mientras la ciudad-estado lucha por recuperarse de un brote de coronavirus.
Después de nueve días de campaña, que ha transcurrido sobre todo en línea al estar prohibidos los mítines para reducir el riesgo de infección, los votantes depositaron las papeletas guardando las medidas de seguridad.
Los colegios electorales abrieron a las 08H00 (00H00 GMT) y cerraron a las 20H00 (12H00 GMT). Los resultados se conocerán a primeras horas del sábado.
El Partido de Acción Popular (PAP), que ha gobernado Singapur durante seis décadas, tiene garantizada la victoria, pero se enfrenta a una oposición con algunos candidatos populares, que cuentan con el apoyo del hermano del primer ministro del país.
Las autoridades recomendaron franjas horarias a los votantes e invitaron a las personas de la tercera edad, las de mayor riesgo frente al virus, a acudir a las urnas por la mañana.
El centro financiero ha sufrido brotes de coronavirus en residencias de trabajadores extranjeros con pocos recursos, pero como el número de nuevas infecciones se desaceleraba y las autoridades han aligerado el confinamiento parcial, el gobierno optó por convocar las elecciones.
La oposición tacha al PAP de «irresponsable», pero las autoridades aseguran haber hecho lo necesario para que los 2,65 millones de electores convocados pudieran votar de manera segura.
El primer ministro, Lee Hsien Loong, ha calificado la covid-19 de «crisis de una generación» y estima que su partido es una fuerza de estabilidad que puede guiar al país en tiempos difíciles.
Frente a la epidemia, el gobierno ha desbloqueado casi 100.000 millones de dólares singapurenses (72.000 millones de dólares) en paquetes de estímulo.
Los analistas consideran que celebrar elecciones en estas condiciones es una apuesta. Como los sondeos de opinión están prohibidos en el país durante la campaña electoral, se desconoce si la crisis sanitaria beneficiará o perjudicará el apoyo al gobierno.
– Una oposición débil –
Aunque los rivales del gobierno tienen poca fuerza (en los últimos comicios obtuvieron seis escaños), la decisión del hermano del primer ministro de unirse a la oposición puede ayudarlos.
El hermano está enfadado con el primer ministro por la herencia de su padre, el fundador de Singapur Lee Kuan Yew, y se ha convertido en miembro del Partido Progreso de Singapur aunque no se presenta a un cargo.
«Votar por la oposición es la opción más segura para Singapur», dijo Lee Hsien Yang.
Su partido es uno de los pocos grupos opositores que se enfrentan al PAP en este país de 5,7 millones de habitantes y en el que se disputan 93 escaños.
El PAP, que supervisó la transformación de Singapur en una de las sociedades más ricas del mundo, cuenta con un sólido apoyo, pero ha sido acusado de arrogancia, de fraude electoral y de arremeter contra sus rivales.
Durante la campaña, varios medios de comunicación fueron el blanco de una polémica ley contra la desinformación tras publicar comentarios de una figura de la oposición sobre el brote de coronavirus.
Se les ordenó colocar avisos junto a los comentarios, diciendo que contenían información falsa.
La seguridad laboral durante la pandemia y la respuesta del gobierno al brote son los temas que más interés despiertan entre los votantes.
Al comienzo Singapur mantuvo el coronavirus bajo control pero después surgieron brotes importantes en los centros que albergan a trabajadores extranjeros. Ha contabilizado más de 45.000 infecciones, 26 de ellas mortales, y está empezando a salir de un confinamiento de dos meses.
Las campañas sobre el terreno se limitaron a reuniones de candidatos con votantes en grupos pequeños, pero en línea han sido animadas, con miles de personas siguiendo discursos en directo.
Los comicios también son una etapa en una transición, orquestada por el poder, a una nueva generación de líderes, en la que el primer ministro de 68 años entregaría el puesto a un sucesor.
Fuente: AFP