La producción industrial de China repuntó en abril un 3,9% interanual, mientras que las ventas minoristas siguieron bajando (-7,5%), según las estadísticas oficiales publicadas este viernes.
Es la primera vez desde el comienzo del año que la producción industrial sube, una señal de una vuelta gradual a la normalidad en el primer país afectado por la epidemia del nuevo coronavirus.
«La reanudación del trabajo, de la producción y del mercado experimentó mejoras progresivas» en abril, señaló el BNS.
Los expertos consultados por la agencia de noticias financiera Bloomberg esperaban un aumento de la producción en abril bastante inferior (+1,5%).
El mes anterior, la producción industrial cayó 1,1% como resultado de la lucha contra el coronavirus, tras un mínimo acumulado en enero y febrero (-13,5%).
La epidemia, con un fuerte impacto en la producción y el funcionamiento de las empresas, prácticamente detuvo el país en febrero, cuando cientos de millones de chinos vivían encerrados en sus viviendas.
Desde entonces, las restricciones se han levantado gradualmente pero las consecuencias seguirán pesando en la economía.
Señal de las dificultades actuales, las ventas minoristas en abril -un indicador clave del consumo- continuaron con su caída interanual (-7,5%) pero a un ritmo menos pronunciado que el mes anterior (-15,8% en marzo).
Los expertos consultados por Bloomberg esperaban una disminución menor en abril (-6%).
En una nota publicada esta semana, el banco de inversión Nomura señaló que las ventas minoristas durante las vacaciones por el Día del Trabajo a principios de mayo, las primeras para los chinos desde el brote de la pandemia, cayeron 6,7% con respecto a 2019.
Y a pesar del levantamiento de las restricciones y la reapertura de muchos lugares públicos, como la Ciudad Prohibida de Pekín, los sectores de la hotelería y de los restaurantes han recuperado sólo alrededor del 70% de sus ingresos habituales, según Nomura.
La tasa de desempleo fue de 6% en abril (frente al 5,9% de marzo). Esta cifra sólo refleja la situación en las zonas urbanas y excluye de facto a los millones de trabajadores migrantes, muy afectados por la pandemia.
En febrero la tasa de desempleo alcanzó un máximo histórico del 6,2% de la población activa urbana.
Fuente: AFP