Los tanzanos votaron este miércoles en medio de una creciente preocupación por la democracia bajo el presidente John Magufuli -apodado el «Bulldozer»- que aspira a un segundo mandato, y denuncias de «irregularidades de gran alcance» por parte de la oposición.
A las 16H00 (13H00 GMT) los colegios electorales empezaron a cerrar, comprobó la AFP.
A las urnas estaban convocados hasta 29 millones de tanzanos, repartidos entre la parte continental del país y 556.000 que viven en el archipiélago de Zanzíbar, que juntos forman la República Unida de Tanzania (unos 58 millones habitantes).
Hay 15 candidatos presidenciales, pero el duelo es entre Magufuli, de 60 años, candidato a la reelección por el partido CCM («El Partido de la Revolución»), en el poder desde 1961, y Tundu Lissu, de 52 años, que se presenta por Chadema (Partido por la Democracia y el Progreso).
Poco después de la apertura de los comición, Lissu denunció a través de su cuenta Twitter «irregularidades de gran alcance», citando la negativa de dejar entrar a los observadores a los centros de votación y el descubrimiento de urnas llenas, por ejemplo en Dar es Salaam.
«Si esto continúa, una acción democrática en masa será la única opción para proteger la integridad de la elección», advirtió.
El presidente de la Comisión Electoral, Semistocles Kaijage, aseguró que esas acusaciones «no habían sido confirmadas» e invitó a la población a «ignorarlas».
Las encuestas fueron prohibidas.
En Zanzíbar, archipiélago semiautónomo, la situación se crispó en vísperas de las elecciones. La oposición acusó a las fuerzas de seguridad de haber matado a tiros a 10 personas, lo que la policía niega.
En Twitter el embajador estadounidense Donald Wright dijo estar «alarmado por las informaciones procedentes de Zanzíbar y de otros lugares sobre actos violentos, muertos y detenciones» y llamó a las fuerzas de seguridad a «actuar con moderación».
– «Promoción de la democracia» –
«Este día es un día importante para la promoción de la democracia en nuestro país. Los preparativos fueron buenos, vayamos a votar de manera masiva. Que Dios bendiga a los electores», declaró Magufuli tras haber votado en la capital Dodoma.
Durante su primer mandato, Magufuli ha gobernado de forma autoritaria, según sus detractores. Cuando era ministro de Obras Públicas (2010-2015) se ganó el apodo de «Bulldozer» o «Tingatinga» en suajili.
Se prohibieron las reuniones políticas fuera del período electoral, se adoptaron leyes draconianas contra los medios de comunicación y se detuvo a periodistas, activistas y miembros de la oposición.
Varios opositores resultaron muertos.
Magufuli presume de la lucha contra la corrupción, la extensión del acceso a la educación gratuita y una política de grandes proyectos de infraestructuras en los sectores hidroeléctrico y ferroviario. También resucitó la compañía aérea nacional.
Por su parte, Tundu Lissu, abogado de formación, regresó al país a finales de julio después de tres años de exilio.
En 2017 fue arrestado seis veces por diversas razones y en septiembre de ese año fue víctima de un intento de asesinato, según él por motivos políticos, frente a su domicilio en Dodoma, la capital administrativa.
Recibió 16 balazos. Se sometió a 20 operaciones quirúrgicas y todavía cojea, pero esto no le impidió hacer campaña y congregar a multitudes.
Hasta tal punto que en octubre, el líder del partido opositor ACT-Wazalendo, Zitto Kabwe, le brindó su apoyo, estimando que Lissu tenía «más probabilidades de derrotar a Magufuli».
A cambio Chadema apoya para la presidencia del archipiélago de Zanzíbar a Seif Sharif Hamad, un veterano de la oposición local que se presenta por la formación ACT-Wazalendo.
La campaña electoral transcurrió sin tomar en consideración el coronavirus ya que Magufuli declaró al país «libre de covid» en julio, gracias a las oraciones.
El FMI predice que Tanzania se salvará de la recesión este año a pesar de la pandemia, con un crecimiento de 1,9%.
Fuente: AFP