«Alrededor de 2,2 millones de personas sobreviven día a día con casi nada, y habitualmente lo pasan sin comer».
La ONG israelí B’Tselem denunció hoy que «Israel está matando de hambre» a la población palestina de Gaza al restringir la entrada de alimentos a la Franja en plena guerra con Hamás, lo que ha causado hambruna y supone «un crimen de guerra».
«Todos en Gaza están pasando hambre», y esto «no es un subproducto de la guerra, sino resultado directo de la política declarada de Israel», que «niega deliberadamente la entrada a Gaza de suficientes alimentos para satisfacer las necesidades de la población», dijo la entidad en un nuevo informe publicado este lunes.
Según argumenta, «alrededor de 2,2 millones de personas sobreviven día a día con casi nada, y habitualmente lo pasan sin comer».
Esto, en un panorama en que «la búsqueda desesperada de alimentos es incesante y, por lo general, infructuosa», lo que «deja a toda la población con hambre» e incluye «bebés, niños, mujeres embarazadas o lactantes y ancianos».
«Los residentes ahora dependen enteramente del suministro de alimentos del exterior de Gaza, ya que no pueden introducir casi ningún alimento por sí mismos», mientras que «la mayoría de campos cultivados han sido destruidos y el acceso a zonas abiertas durante la guerra es peligrosa en cualquier caso».
«El hambre como método de guerra está prohibido, y cuando una población civil carece de lo que necesita para sobrevivir»
B’Tselem denuncia que fábricas, panaderías y almacenes de comida «fueron destruidos o cerrados por falta de suministros básicos, combustible o electricidad», mientras que las reservas de alimentos en casa particulares, tiendas o almacenes «hace tiempo que se agotaron». Esto causó que «colapsaran las redes de apoyo social y familiar que ayudaron a los residentes a inicio de la guerra».
Ante todo, la ONG denuncia las limitaciones al acceso de comida, agua potable, suministros básicos o combustible que Israel impuso sobre el enclave casi desde el inicio de la guerra, como medida de desgaste al grupo islamista Hamás tras su ataque el 7 de octubre en suelo israelí, que se saldó con unos 1.200 muertos y 240 rehenes.
Sin embargo, lamenta, las autoridades israelíes permiten solo ahora la entrada de «una fracción de la cantidad de alimentos que entraban antes de la guerra, con limitaciones en cuanto a los tipos de productos, cómo se introducen y cómo se distribuyen» en Gaza.
Ante ello, insta a Israel «a cambiar esta política», lo que se trata de «una obligación moral» y legal según lo establecido en el derecho internacional humanitario.
«El hambre como método de guerra está prohibido, y cuando una población civil carece de lo que necesita para sobrevivir, las partes en conflicto tienen obligación explícita para permitir el paso rápido y sin trabas de ayuda humanitaria, incluido alimentos», asegura B’Tselem.
Según alerta, si no se cumple con ello se comete «un crimen de guerra según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional».
Fuente: Agencia EFE