Rosmery Feliz
Los costos de los medicamentos varían de acuerdo con la casa farmacéutica
Entre los principales obstáculos que enfrentan las personas que padecen de alguna enfermedad mental figuran el alto costo de las consultas con los especialistas del área y el acceso a los tratamientos para controlar las crisis de esos padecimientos.
De acuerdo con las declaraciones ofrecidas durante un acto por la conmemoración del “Día Mundial de la Prevención del Suicidio”, el director del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Alejandro Uribe, y según informaciones publicadas en el portal del ministerio, la Dirección de Salud Mental asistió a 11,268 personas, a través de la línea gratuita de ayuda por psicología y psiquiatría*462.
Además, la mayoría de los pacientes son mujeres desde marzo del año 2021 a la fecha y los resultados preliminares de un estudio realizado en enero por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm) denominado “Bienestar emocional en tiempos de pandemia: Análisis impacto en República Dominicana”, arrojaron que, durante la pandemia, el 38.7 % de los dominicanos experimentó ataques de ansiedad, de los cuales el 75.8 % nunca lo había sentido, mientras que un 20% señaló tener síntomas de depresión y un 4% pensamientos suicidas.
Esto evidencia lo que el 94.7% de la muestra de 300 personas encuestadas para este reportaje considera: priorizar la salud mental en la República Dominicana, pues incluso el 69% de esta dijo no conocer ningún programa de salud mental del Ministerio de Salud Pública, a lo que se suma el 9.7% que dijo no estar seguro de conocer alguno.
Sin embargo, el doctor y miembro del Departamento de Salud Mental de Salud Pública, Elías Tejeda, en una conversación para esta investigación, defendió la ejecución de la entidad gubernamental, y aseguró que, para estos fines, cuentan con políticas importantes y programas de prevención que se enfocan desde el primer nivel de atención, para evitar que la condición del paciente pueda agravarse.
Sostuvo que el ministerio crea campañas para concientizar a la población y para explicar que la salud mental puede tratarse y que no es sinónimo de locura, además de que para tener una buena salud mental se necesita la ayuda de los familiares que rodeen a las personas, ejercicios y una buena alimentación. Sin embargo, cuando los casos son avanzados en el paciente, se recurre a utilizar medicamentos que ayuden a la estabilidad emocional y al bienestar.
“El ministro de Salud Pública ha extendido el área de la Salud Mental en todo el territorio nacional, ofreciendo charlas en los centros hospitalarios, consultas y hasta facilitar medicamentos”.
Según el doctor Elias Tejeda, el Servicio Nacional de Salud cuenta con los recursos para cubrir ese tratamiento ya que el mismo es muy costoso. No obstante, reciben el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Y de esto no hay duda. Manuela Cruz, nombre ficticio, nos relató que su hermana de 26 años, tiene “condiciones especiales de salud mental” y que esta enfermedad, como ella la denomina, no tiene cura, sino que algunos medicamentos la mantienen estable por un periodo muy corto.
“Lo curioso es que el seguro no cubre los medicamentos que mi hermana necesita. Yo soy quien compra sus medicamentos; ella se toma diez pastillas diarias y son muy costosas, y en ocasiones en el hospital no hay medicamentos para que puedan calmar a mi hermana, ella se pone muy rabiosa y hay que ponerle hasta esposas para que no siga haciendo daño, ella le da golpes a todo el mundo”, dijo.
“Yo la llevo al Moscoso Puello y ahí me dicen, en las terapias, que eso se debe a la muerte de mi mamá, pero yo digo que esos medicamentos no le hacen ni pito ni flauta, ella nada más dura un día bien y ya”, agregó.
La hermana de Manuela empezó a mostrar signos de esta condición a los 15 años, y según los estudios que le han realizado, la joven padece de esquizofrenia.
Los medicamentos, tanto en los casos de depresión como de esquizofrenia, varían tomando en cuenta la marca, su calidad, así como el estado del paciente; pueden ir desde los RD$2,700.00 hasta los RD$100,000.00 o más.
Propuestas sin éxito y código obsoleto
A lo largo del año se ha estado implementando una serie de iniciativas en pro de la salud mental en el país, desde foros, conferencias, seminarios y talleres, entre otros, que buscan alertar no solo a las autoridades pertinentes, sino también a los ciudadanos para prestar atención a este flagelo.
Entre estas propuestas figura la del diputado Rafael Aníbal Díaz, que presentó un proyecto de ley a la presidencia de la Cámara de Diputados para garantizar el acceso, prevención y tratamiento de este renglón de la salud, y resalta que no se aplica la Ley No. 87-01, que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social, y que las familias enfrentan vicisitudes al momento de necesitar de este servicio.
El proyecto persigue que se considere la salud mental en el modelo de atención comunitaria, el respeto ineludible a los derechos humanos y dignidad de la persona, sin discriminación, y el abordaje intercultural que erradique la estigmatización de las personas con situaciones de salud mental.
También propone que los seguros de salud, tanto públicos como privados, tengan cobertura en sus planes a este ámbito, con tratamiento ambulatorio, hospitalización y medicamentos.
El senador Franklin Peña y el diputado Tobías Crespo también sometieron un proyecto de modificación a la Ley 12-06 sobre Salud Mental con el fin de establecer un sistema de atención que integre la atención comunitaria y hospitalaria a nivel nacional.
Al momento de realizar este reportaje, ambas iniciativas se encuentran siendo “estudiadas”, sin novedades o probabilidades de promulgación, por el momento.
En tanto, el Código de Trabajo de la República Dominicana, el cual data del 1992, no contempla acciones de cara a diagnósticos por salud mental y la única mención al tema se encuentra en el capítulo III: De la terminación por desahucio, donde cita:
“Artículo 82: establece una asistencia económica de cinco días de salario ordinario después de un trabajo continuo no menor de tres meses ni mayor de seis, de diez días de salario ordinario después de un trabajo continuo no menor de seis meses ni mayor de un año, y de quince días de trabajo ordinario por cada año de servicio prestado después de un año de trabajo continuo, cuando el contrato de trabajo termina.
1ro. Por la muerte del empleador o su incapacidad física o mental, siempre que estos hechos produzcan como consecuencia la terminación del negocio.
2do. Por la muerte del trabajador o su incapacidad física o mental o inhabilidad para el desempeño de los servicios que se obligó a prestar.”
Esta investigación ha sido el resultado de la 4ta ronda del Diplomado Internacional en Periodismo de Investigación impartido por el INTEC a través de la carrera en Comunicación Social y Medios Digitales, con el auspicio de la Embajada de los Estados Unidos en la República Dominicana.
El desahogo de los que escuchan
Escuchar es un don que requieren muchos de los que han abrazado la pasión de ayudar. La psicología y la psiquiatría, para algunos, ha sido esa vía de servicio para ayudar a los demás a lidiar con sus problemas y situaciones.
Pero, ¿cómo impacta en el especialista la carga del otro? Para la especialista de la conducta, psiquiatra y terapeuta familiar Carmen Ramírez, lo más difícil son las alternativas suicidas. “Esto es porque la tentativa suicida, o el intento de suicidio, es cuando la persona, de una manera crónica padece un grupo de síntomas que entiende que no tienen solución. Entonces está deprimida, se aísla y decide terminar con el problema acabando con su vida, lo cual es un gran error y hace que muchas veces las familias se movilicen”, sostuvo al rememorar algunos casos vividos con pacientes. Agregó que el paciente también empieza a ver que alguien es culpable o a atribuirle la culpa a uno de los miembros de la familia. Sin embargo, esos casos, dijo, no necesitan un tratamiento de esa manera, pues la persona se siente muy mal, siente que no hay salida.
Todo esto afecta no solo al paciente, sino que también impacta mucho en la familia, donde muchas personas empiezan a atribuirse culpa o responsabilidad y a distribuírsela unos a otros en lugar de encararlo y entender que esta tentativa suicida va de la mano de una enfermedad mental que se llama depresión y necesitan atención en salud mental.
En estos casos, en los que los médicos sienten que les impactan a nivel personal las historias, en el caso de los psiquiatras, deben forjarse con herramientas para manejar los casos y que la persona se encuentre resguardada y separada del profesional. “Yo tengo la necesidad de participar en terapias de desahogo o terapia del terapeuta. No para ventilar mis problemas de pareja, de mi casa, de mis hijos, de mi empleo o de mi aspiración. Es para mi autoestima, a lo que como persona tengo que enfrentarme todos los días. Es decir, yo también tengo que recibir terapia”, reveló Ramírez. Buscando trabajar la carga que le traen los casos que atiende, admite que algunos le han impactado directamente y han sido un aliciente muy útil para conservar su paz y salud mental bien cuidada. La psicóloga exhortó a consultar a un especialista sin temor a los tabúes ni estigmas sociales que rondan respecto a este importante tema que afecta no solo al que padece de una enfermedad de salud mental, si no también a su entorno.
Fuente: elcaribe.com.do