Jesús, inconcebible sin su Cruz, es signo de contradicción, tachado de locura y motivo de escándalo.
Es desafío para nosotros, pone a prueba nuestras capacidades y las desborda, nos insiste en que confiemos y abandonemos nuestros miedos, y quiere que entendamos que los momentos inesperados y de máxima dificultad serán nuestras mejores oportunidades para seguir adelante.
Al presente no podemos estar con Jesús como estamos con las personas a nuestro lado en esta Celebración Eucarística. Mas tarde, Él si quiere que estemos para siempre a su lado.
Allí, junto con Él, nunca más experimentaremos el horror del pecado, desaparecerá la crueldad humana, los desprecios de unos para otros se habrán extinguido.
Todo esto porque la Cruz de Jesús será nuestro triunfo.
Jesús Eucaristía es nuestro descanso, consuelo, la plena presencia divina del Cielo y a la vez, el lugar del hombre para poder encontrarse con Dios en el mundo.