Los invitados no han venido al banquete del Cordero.

Si la familia no participa de la Mesa Santa esta famélica.

La Vocación Famiiiar Eucarística no se cambia ni se mezcla con negocios, compromisos políticos o experiencias placenteras desbordadas y de reconocimiento publicitario.

Lo mundanal y lo tóxico debe eliminarse del ambiente familiar, y por tanto de la Iglesia.

La familia se basa en relaciones cercanas, presencia constante y dedicación de servicio mutuo.

La Iglesia es familia y ha de despojarse de privilegios, vivir para el servicio hasta la Cruz por los más desfavorecidos y centralizarse en la Mesa de Jesús Eucaristía ante el cual toda rodilla se doble en cielos, tierra y lugar de los muertos para que toda lengua confiese que es su único Señor, no nadie ni nada más.