Mucho de Jonás en cada uno de nosotros.
Llamados desde el Bautismo somos profetas, sacerdotes y reyes.
Muy clara hemos escuchando la voz de Dios que nos envía a su misión de manera puntual.
Pero, en ek camino interfieren tantas cosas. Entre ellas nuestras fijaciones, prejuicios sociales y soberbia.
Así ocurrió con el profeta que huyó de Dios. Pero, ¿quién puede? Si lo sabe todo, está en todas partes y puede todo lo bueno.
Miércoles de Jonás, primera semana de Cuaresma de cada año.
Pedimos al Dios de toda misericordia el poder salir de lo hondo del abismo, que nos cierre para siempre los caminos del mal, y que asumamos la misión humilde del servicio desinteresado, anónimo y justo.
¡Comulguemos con estas intenciones!.