Desde hace ocho años la familia Montero- Gómez esperaba a su primer hijo. A principios de 2017, cuando se enteraron del embarazo, se sintieron felices, Dios les había enviado lo que tanto esperaban: la princesa Astrid.
El período del embarazo fue normal, no hubo complicaciones médicas ni problemas y el pasado 10 de octubre, con cinco libras y media, Astrid Montero nació en una clínica de Santo Domingo.
En su sexto día de vida la niña se congestionó, de inmediato sus padres la trasladaron a Pediatría, y tras una serie de estudios determinaron, sin ninguna causa aparente, que la bebé tiene cardiopatía congénita. Los médicos le dieron a la pequeña un mes y medio de vida, este miércoles cumple solo 29 días de nacida. El reloj está en su contra.
“A mi bebé le resta la arteria pulmonar izquierda, tiene un orificio de ocho centímetros alrededor del corazón, tiene la vena aorta estrecha, el arco aórtico ininterrumpido y le resta un riñón”, dijo, afligida, Lorainne Gómez, la joven madre de Astrid.
La niña necesita irse urgente al Hospital de Niños de Boston, específicamente al Centro del Corazón, donde hay equipos médicos y una tecnología avanzada para una operación exitosa, pero sus padres no han recaudado dinero suficiente y necesitan una visa estadounidense de emergencia para Astrid. “Yo la miro y pienso que ella no está enferma, que ella está sana. Yo me tengo que llenar de fuerzas para poder estar con ella”, agregó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cardiopatías congénitas son malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento del niño.
Cada año, 276,000 recién nacidos en el mundo pierden la vida durante el primer mes debido a anomalías congénitas. Un informe del Instituto del Corazón de Texas señala que hay ciertos factores que pueden provocar este tipo de enfermedad, como diabetes en la madre, herencia de la condición, o consumo de algún tipo de droga o alcohol durante el embarazo.
A espera de ayuda. La pequeña Astrid Montero, afectada de cardiopatía congénita, necesita un cuidado especial en su casa.
Padres desesperados
Lorainne y su esposo, Denny Bienvenido Montero, pidieron a través de LISTÍN DIARIO al presidente Danilo Medina, a la vicepresidenta Margarita Cedeño, y a otras autoridades, que tengan piedad de su situación, porque necesitan más de 200,000 dólares para la operación. “Le pido a mi Presidente que me ayude y que me apoye”.
Los especialistas del Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT), han recomendado que la niña sea aislada en la casa, donde tienen que mantener todas las ventanas y puertas cerradas.
Para poder estar cerca de ella hay que tener estrictos cuidados como esterilizarse y tener al menos cinco vacunas para evitar transmitirle una infección o bacteria que podría ser en su caso mortal.
Astrid se pasa todo el día durmiendo y cansada, porque su corazón trabaja forzado. Su nivel de oxígeno está en 87 por ciento en vez de 100. Cada vez que la bebé llora, sus manos, boca y pies se ponen azules por la falta de aire en sus pulmones.
A través de una página web llamada GoFundMe ha recaudado al menos 40,000 dólares. También están pidiendo al pueblo que los ayuden a través del número de cuenta de ahorros del Banreservas 550-004513-3, perteneciente a Lorainne Licelot Gómez Severino.
El hospital de Boston les hizo un descuento del total de pago que bajaría solo a 170,000 dólares pero no cubriría los medicamentos y atenciones pos operación. “Yo le agradezco antes de pedir al pueblo dominicano que está poniendo su granito de arena, están apoyando a mi hija, a mi princesa Astrid para superar esta prueba. Lo hacen con sus oraciones, con los aportes económicos y a cada momento yo recibo llamadas de apoyo”.
Cada día, cuando lleva al médico a Astrid, ora para que le digan que su enfermedad es falsa y que el orificio cerró.
SITUACIÓN DE UNA MADRE PREOCUPADA
“Yo tengo menos de un mes que di a luz, y desde ese día yo me paré, cuando yo me acuesto un rato yo no me puedo parar del dolor que yo siento, pero en el día yo tengo que pararme, yo tengo que salir a luchar y tengo que ser fuerte por ella aunque me esté muriendo”.
A pesar de todo se considera como una mujer de fe, le pide a Dios que no la abandone. “Me voy a quedar con mi bebé, le pido que no se la lleve y que me la deje”, agregó. Además tiene que tomar suplementos especiales para tener una leche materna apta para su niña.
Fuente: Carolina Pichardo