Siento tanto, y se que muchos se sentirán igual, la decisión del señor Donald Trump, actual presidente de los Estados Unidos, una nación, que por todo el poder que ostenta, tiene una gran responsabilidad a nivel planetario, de cuidar la casa común e impulsar vías de desarrollo sostenible y que sea amigo del ecosistema… Pero no. Que decepción.
El señor Trump, me recuerda al Faraón del tiempo de Moisés. No le fueron suficientes las advertencias, ni las diez plagas que asolaron su nación, fruto de su actitud pertinaz y obcecada, de mantener el estado económico y el sistema social de Egipto sobre la base de la esclavitud (que no era inmoral en aquella época, pero no por eso entra en lo humanamente aceptable). Solo cuando el caos de la última plaga tocó su casa y lo que había construido, sólo entonces «medio» reaccionó. Pero para entonces, como se dice por aquí, «ya era tarde para ablandar habichuelas»… Ojalá, que no sea así para la nación más poderosa del mundo…