Se suponía que los comicios de mitad de período en Estados Unidos, este martes, era el primer referendo nacional sobre la administración del presidente Donald Trump.
El veredicto final resultó ser un empate entre las ideologías opuestas del país. Aunque también aumentó la brecha que separa a demócratas y republicanos.
Aunque los demócratas lograron retomar el control de la Cámara de Representantes, ganando hasta ahora los 23 escaños más, la jornada no fue la «ola azul» que esperaban.
En el Senado los republicanos añadieron escaños a su mayoría, al tiempo en que senadores republicanos en peligro de ser desbancados en los estados de Indiana, Missouri, Dakota del Sur, Tennessee y Texas lograron mantenerse gracias a una fuerte campaña que el presidente Trump hizo a su favor.
Los comicios dejan un Congreso dividido con una Cámara de Representantes en manos del Partido Demócrata -algo que no ocurría desde 2010- y un Senado en el que el Partido Republicano ha ampliado su mayoría.
También estuvieron en disputa las gobernaciones de 36 estados, 26 de los cuales estaban en manos republicanas.
Aunque el candidato demócrata Andrew Gillum fracasó en su intento por convertirse en el primer gobernador de Florida de raza negra, los demócratas lograron apoderarse de la gobernación de seis estados: Wisconsin, Kansas, Maine, Michigan, Illinois y Nuevo México.
En Georgia, entretanto, donde la demócrata Stacey Abrams aspiraba ser la primera mujer gobernadora negra del estado, su intento para derrotar al conservador y aliado de Trump, Brian Kemp, parece haber quedado corto.
Abrams rehusó a darse por vencida, en medio de varias denuncias de irregularidades en los puestos de votación que afectaron principalmente al electorado afroestadounidense.
Si bien Donald Trump no estaba en las papeletas, estas elecciones se presentaron como un referendo de su labor como presidente del país.
A juzgar por la reacción del mandatario en Twitter, Trump se siente reivindicado:
Tremendous success tonight. Thank you to all!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 7, 2018
«¡Gran éxito esta noche! Gracias a todos», escribió Trump.
Sin embargo, a partir del mes de enero tendrá frente a sí una Cámara de Representantes demócrata que puede frenar gran parte de su agenda.
En opinión del periodista de la BBC Anthony Zurcher, «las trincheras partidistas de Estados Unidos se profundizan».
Sentimientos ambivalentes
La cita electoral de este martes dejó motivos de alegría y de preocupación para ambos partidos.
En el Partido Republicano, las victorias de Ron DeSantis como gobernador y Rick Scott como senador en Florida, el triunfo de Ted Cruz en Texas superando a la estrella demócrata Beto O’Rourke o la clara ventaja de Brian Kemp frente a Stacey Abrams en la carrera por la gobernación de Georgia se ven como los grandes éxitos de la jornada.
Por su parte, el Partido Demócrata celebra el amplio número de escaños recuperados en la Cámara de Representantes y la llegada de representantes de distintas minorías a puestos de poder en el Congreso y en algunas gobernaciones.
Otro de los hitos que dejan estas elecciones es que a partir del mes de enero habrá un número récord de mujeres en la Cámara de Representantes.
Análisis de Luis Fajardo, BBC
Los resultados preliminares de las elecciones estadounidenses de mitad de período empiezan a dejar varios puntos en claro.
1. El resultado más evidente: el país está más dividido que nunca. Después de dos años en el poder, Trump ha vuelto a conseguir un apoyo masivo de una parte del país, mayoritariamente rural, blanca y conservadora. La otra mitad del país, urbana, multicultural y liberal, también salió a votar masivamente en su contra. No hay un ganador claro en esta elección.
2. Con la toma de la Cámara de Representantes por los demócratas, esta impresionante polarización se reflejará en las instituciones estadounidenses. Trump no podrá pasar una sola nueva ley de importancia en el resto de su período hasta las elecciones presidenciales de 2020, pues los demócratas bloquearán cualquier iniciativa en el congreso.
3. Pero tampoco se materializó el sueño demócrata de una «ola azul», una especie de contra-revolución demócrata contra el fenómeno de Trump. En ese sentido las elecciones son una gran desilusión para el liberalismo estadounidense.
4. De cara a las elecciones presidenciales de 2020, los indicios apuntan a unos comicios muy competidos. Trump sigue desatando la ira de mitad del país, pero continúa siendo una locomotora electoral pese a dos años de oposición acérrima de los demócratas.
5. Con una Cámara demócrata, la cantidad de investigaciones contra Trumpimpulsadas desde la legislatura en los próximos dos años será apabullante, lo que hará todavía más caótico el ritmo de gobierno del ocupante de la Casa Blanca.
6. En ciertas partes del país tradicionalmente republicanas, parece haber un movimiento gradual hacia el Partido Demócrata. Texas parece ser el caso más notorio. En el segundo estado más grande del país, el aspirante demócrata Beto O’Rourke consiguió montar una competencia seria al republicano Ted Cruz, algo que hace unos años habría sido impensable. Incluso con una derrota apretada, O’Rourke parece haber demostrado que Texas ya es un campo de batalla, no un coto exclusivo de los republicanos.
7. La hegemonía republicana de Miami, que por muchos años fue la máquina política más poderosa de los latinos en Estados Unidos, ha quedado malherida. Dos de los tres cubanos republicanos que representaban a Miami en la Cámara perdieron las elecciones. La anomalía de Miami parece ceder y acoplarse a lo que pasa en el resto del país, donde las zonas con mayoría hispana votan abrumadoramente por los demócratas.
8. Donald Trump sigue siendo imparable en las zonas rurales del país y en el sur conservador de Estados Unidos. También, de modo importante, varios candidatos que lo seguían ganaron en la zona del «midwest«, el corazón industrial del país, la misma zona que le dio la presidencia en 2016. Lo que lleva a predecir, una vez más, que el fenómeno de Trump goza de buena salud, y su candidato estará más que dispuesto a buscar la reelección en 2020.
Reacción de la Casa Blanca
«Estamos muy cómodos donde estamos», le dijo la portavoz de la Casa Blanca Sarah Sanders al canal conservador Fox News.
Sanders sugirió a los votantes que pongan atención en las contiendas en las que Trump intervino con mítines de campaña, incluida su participación en Tennessee donde ganó la republicana Marsha Blackburn.
Sanders prevé que este miércoles «gran parte del crédito vaya al presidente, que hizo campaña por ellos».
La portavoz también le dio crédito a Trump por ayudar a asegurar la victoria para el Senado del republicano Mike Braun en Indiana al celebrar allí un acto de campaña.
Los grandes temas
Los asuntos que centraron la campaña electoral fueron la atención sanitaria y la inmigración, seguidos por la economía y el control de armas.
Los republicanos aspiraban a mantener el control de las dos cámaras para poder impulsar la agenda del presidente Trump en la segunda mitad de su mandato en estos y otros temas fundamentales.
Ahora, con una Cámara demócrata y un Senado republicano EE.UU. todavía será más difícil de gobernar.
Qué se votó
En estas elecciones se renovaron los 435 asientos de la Cámara de Representantes, así como 35 de los 100 escaños del Senado.
También se votó por los gobernadores de 36 de los 50 estados y sus respectivos congresos locales.
Unos 40 millones de electores emitieron sus votos de manera anticipada, según los cálculos de US Elections Project, de la Universidad de Florida.
En 2014 el voto anticipado solo fue de 27,5 millones.
Estas elecciones se conocen como de mitad de periodo porque se celebran en la mitad del mandato de cuatro años del presidente.
Fuente: BBC Mundo