Si el Congreso funcionara como debe ser, para mí tiene mayor importancia el voto por los diputados y senadores que por el presidente.
Esa es la razón por la que hay que conocer bien los candidatos al Congreso y no tirar el voto a lo loco.
Los presidentes muchas veces se han metido al Congreso en un bolsillo y han convertido el primer poder del Estado en una marioneta que han usado a su antojo para la aprobación de sus propios proyectos, positivos o negativos.
Para integrar un congreso que valga la pena y que cumpla las reglas de juego, la Constitución, no voto por aquellas personas que tratan de embobarnos, queriéndonos hacer pasar por progreso lo que es un evidente retroceso.
Da pena el papelucho jugado por la Cámara de Diputados para complacer al Presidente Medina en relación al Código Penal y más concretamente a su intención de introducir, agarradas por los moños, las tres causales para la despenalización del aborto.
No hablemos de la inoperancia y apoyo cobarde a la burla contra nuestros valores que hizo el diplomático norteamericano, por todos conocido. Quemaron en un fuego mayor que el de Duquesa el artículo 37 y 55 de la Constitución dejando al desnudo nuestras desvergüenzas, carencia de principios éticos y falta de dignidad patriótica.
El permanente coqueteo de algunos candidatos con el aborto, homosexualidad y todo lo que contiene la ideología de género exige tomar decisiones bien definidas, puesto que, de llegar al poder significarían un peligro para la dignidad y valores de nuestro país. Y todo con la idea de que, metiéndonos en esos túneles oscuros en que otros estados han caído, vamos a progresar y a desarrollarnos.
El camino del desarrollo y el progreso no va por ahí, al contrario, eso es parte de la deshumanización típica de nuestros tiempos y los proyectos mundiales de control poblacional.
Quien es capaz de aprobar leyes para matar impunemente a criaturas que todavía están en el seno de sus madres, se atreve a cualquier cosa, aunque parezca una oveja mansa que quiere lo mejor para su pueblo. Tarde o temprano el lobo se despierta.