La trágica muerte de Ines Sampaio, una joven de 17 años de Varzea en Sintra, en las primeras horas del 19 de abril en el Hospital Dona Estefania de Lisboa, Portugal, ha puesto de relieve el peligro de no vacunarse contra una enfermedad que estaba prácticamente erradicada y está rebrotando en muchas partes de Europa.
Se trata de la primera muerte desde que la enfermedad fue declarada como “erradicada” en Portugal, hace seis años.
Francisco George, Director General de Salud de Portugal, en declaraciones al diario portugués Correio de Manha comentaba que nunca habrá una epidemia de sarampión “a gran escala”, debido a las existencias estratégicas de vacunas y al relativo éxito del programa de vacunación de su departamento en años recientes. A principios de abril el Sr. George apeló a los padres de bebés y niños pequeños para que les vacunen contra el sarampión y otras enfermedades.
La joven Ines Sampaio murió, según los sanitarios por neumonía bilateral causada por una infección de sarampión. Según Carlos Feria, un amigo de la familia, la adolescente no fue vacunada por recomendación de un médico que detectó riesgo de reacción alérgica
Algunos medios de comunicación apuntaban a la responsabilidad de la madre de Ines, un extremo que ha sido negado vehementemente por fuentes cercanas a la familia.
“La madre ha sido acusada injustamente de estar contra las vacunas”, dijo Carlos Feria “¡Es mentira!”, declaró a Correio da Manha. La hermana mayor y más joven del fallecido está inmunizada contra la enfermedad, que afecta principalmente a niños pequeños.
Según los medios de comunicación, la familia ha iniciado acciones legales contra el Hospital de Sintra por negligencia. Afirman que su hija contrajo el sarampión después de la admisión de un bebé de 13 meses en las urgencias del mismo hospital.
Varios médicos también contrajeron el virus y la familia dice que se debió a un fallo en la cuarentena del bebé – que posteriormente se recuperó completamente.
Funcionarios de salud de Portugal calculan que hay 46 personas actualmente infectadas con el virus en Portugal y estiman que hay entre 10.000 y 15.000 personas sin inmunización. También han recomendado poner en cuarentena a los niños que no están inmunizados.
En septiembre de 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los jefes de salud locales declararon a Portugal «libre» de los virus potencialmente mortales del sarampión y la rubéola. La OMS advirtió de un resurgimiento del virus a principios de abril de 2017 y pareció aparecer en las pantallas de radar de profesionales de la salud a lo largo de 2016.
En otros lugares de Europa se han registrado cientos de casos de sarampión en Francia, Alemania, Italia, Polonia, República Checa, Bulgaria, España, Rumania, Suiza, Ucrania e incluso en Islandia.
Rumanía, Alemania e Italia han sido los más afectados por los brotes de sarampión, con Rumanía contabilizando 3.400 enfermos y 17 muertos desde enero de 2016. Italia ha visto un fuerte aumento de las infecciones con unos 240 nuevos casos en las primeras semanas de 2017. Alemania también ha visto un importante aumento de casos del virus, con 272 nuevas infecciones hasta el 12 de marzo de 2017.
La OMS asegura que los países con una tasa de vacunación inferior al 95% están en riesgo. Esto es confirmado por las estadísticas de países como Alemania, Rumania e Italia, donde la inmunización es menor que en algunas otras partes de Europa.
“Los brotes continuarán en Europa… Hasta que cada país alcance el nivel de inmunización necesario para proteger plenamente a sus poblaciones”, dijo en una declaración reciente la doctora Zsuzanna Jakab, Directora Regional de la OMS para Europa.
Virus de la familia Paramyxovirus, el sarampión se transmite a través del aire y el contacto directo, infectando el tracto respiratorio y pasando a propagarse por todo el cuerpo. No se conocen casos en animales.
Antes de los esfuerzos de vacunación dirigidos por la OMS en todo el mundo, el sarampión mataba alrededor de 2,6 millones de personas cada año, en su mayoría niños.
Entre 2000 y 2015, estas vacunas llevaron a una reducción del 79% en las muertes por sarampión, previniendo unas 20,3 millones de muertes a nivel mundial, según la OMS. Sin embargo, sigue siendo una de las principales causas de mortalidad infantil en todo el mundo, a pesar de la disponibilidad de vacunas baratas.
Según las estadísticas de la OMS, el virus causó alrededor de 134.000 muertes en todo el mundo en 2015, en promedio 367 muertes cada día o 15 cada hora – en promedio – a pesar de que el 85% de los niños del mundo reciben una dosis de la vacuna antes de su primer cumpleaños.
La corrupción, los conflictos armados, la mala gestión sanitaria y los problemas de acceso a las ONG internacionales son las principales causas, según los analistas.
Además cada vez más personas en los países desarrollados descuidan su vacunación o rechazan el uso de vacunas por desconfianza.
Muchos ciudadanos europeos están pidiendo que las vacunas contra la enfermedad sean obligatorias por ley. Aunque los analistas médicos dicen que sólo si nos acercamos al 100% de la vacunación infantil en el mundo se podrá declarar la enfermedad confinada a los libros de historia.
Fuente: Jonathan Mitchell, en Lisboa, Portugal