Sarah Rainsford y Alys Davies
Los mercenarios de Wagner serán desarmados a cambio de no ser enjuiciados por la breve rebelión que protagonizaron el sábado, aseguraron las autoridades rusas.
Desde el Ministerio de Defensa anunciaron que se están realizando los preparativos para que el grupo entregue sus armas y equipos pesados al ejército ruso.
Mientras que desde el FSB -el heredero de la KGB- anunciaron que se retiraron los cargos penales contra quienes participaron en el motín.
El sábado, tropas mercenarias dirigidas por el controvertido empresario Yevgeny Prigozhin, tomaron la ciudad de Rostov del Don, en el sur de Rusia; y marcharon sobre Moscú, derribando helicópteros militares y un avión ruso en su camino.
La rebelión fue abortada después de que se llegó a un acuerdo con la ayuda del líder bielorruso Alexander Lukashenko. Según los términos del acuerdo, cuyo contenido íntegro se desconoce, se esperaba que Prigozhin se dirigiera hacia Bielorrusia.
Una creación del Estado
El presidente ruso, Vladimir Putin, reveló el martes que Wagner fue financiado totalmente por el Ministerio de Defensa.
Solo desde mayo de 2022 y mayo de 2023 la empresa recibió recibió 86.262 millones de rublos (US$ 1.000 millones) para «salarios y bonificaciones» de sus integrantes, aseguró el mandatario.
Putin también anunció que las autoridades investigarán cómo se utilizaron los fondos otorgados a la firma.
Antes de los anuncios de Moscú se conoció que un jet privado, presuntamente propiedad de Prigozhin, aterrizó en Minsk, la capital de Bielorrusia.
Todavía no está claro si el empresario estaba a bordo.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que no tenía información sobre el paradero de Prigozhin.
Caso enterrado
Por su parte, los servicios de inteligencia rusos del FSB también anunciaron que el caso contra los combatientes de Wagner, que enfrentaban un proceso judicial por insurrección armada, fue cerrado. ¿La razón? No llegaron a cometer un delito.
La decisión implica que los mercenarios podrán unirse al ejército regular, volver a casa o irse a Bielorrusia, explicó Putin.
El mandatario ruso aseveró que los combatientes eran en su mayoría «patriotas» que habían sido engañados en una aventura criminal.
Los últimos anuncios se produjeron después del discurso que Putin dio en la noche del lunes y en el cual, visiblemente enfadado, acusó a los sublevados de querer «ver a Rusia ahogada en una lucha sangrienta».
Horas después el mandatario aseguró que las tropas rusas en Moscú habían evitado una «guerra civil» y guardó un minuto de silencio por los muertos.
Putin insistió en que las fuerzas de Wagner nunca contaron con el apoyo del ejército o del pueblo. Esto, a pesar de las imágenes que registraron a multitudes vitoreando y aplaudiendo a las tropas de Wagner en la ciudad de Rostov del Don.
Doble rasero
El tratamiento hacia los mercenarios contrasta con el que han recibido los políticos y activistas de la oposición, muchos de los cuales están en prisión simplemente por criticar la guerra en Ucrania.
El opositor Vladimir Kara-Murza, por ejemplo, está cumpliendo 25 años por traición.
Sin embargo, Prigozhin y a los hombres que lo acompañaron en su rebelión aparentemente quedarán libres.
El empresario ha defendido sus acciones, insistiendo en que la revuelta no pretendía el derrocamiento de Putin, sino que la describió como un intento por salvar a sus mercenarios de ser absorbidos por el ejército ruso y de exponer los fracasos del liderazgo militar del país.
Fuente: bbc.com/mundo