Terminada la Octava de Navidad con la Solemnidad del Año Nuevo de Santa María, Madre de Dios, cada inicio de año la Iglesia nos instruye con la lectura continúa de las Cartas de San Juan, repletas de los signos de la tradición del Discípulo Amado:

la luz,
el agua,
la Sangre,
el Espíritu,

De los gestos Eclesiales de la comunión,

el ver,
el oir,
el amor,

Y de los hermanos,

el anticristo.

Para que todo confluya en la Palabra que estaba con Dios y que era Dios: Jesucristo, fiel y justo,

por quién somos hijos de Dios,

se nos perdonan los pecados

y por los mandamientos de la ley de Dios podamos vivir como hijos de luz.

Leamos y/o escuchemos las Cartas, el Evangelio y el Apocalipsis de la escuela de los discípulos de San Juan el más joven Apóstol.