En el Espíritu del militar que cortó con su espada su capa emblema para darla a un pobre anciano a la intemperie que tenía frío, cumpliendo el mandato de Cristo, deja todo dedicándose a la vida oculta de la oración y el servicio.
Requerido por la Iglesia para auxiliar a los pequeños y desvalidos, dijo que sí con conducta, disciplina y devoción férrea, limpia y sin reservas.
Erradiquemos de la familia de Dios todo tipo de escándalo en lo monetario, en lo moral y en el modo de tratar y conducirnos con los demás.