«Si una historia es demasiado emocional o dramática, es probable que no sea real. La verdad suele ser aburrida», afirmó la periodista ucraniana Olga Yurkova durante la charla inaugural de TED 2018 que tuvo lugar este mes en Vancouver, Canadá.
En su conferencia, la activista contra las noticias falsas —cofundadora del sitio StopFake— dijo que las informaciones fraudulentas son «una amenaza para la democracia y la sociedad».
«Ucrania lleva cuatro años sujeta a la propaganda rusa. Pero las noticias falsas están ocurriendo en todo el mundo», aseguró.
«La gente ya no sabe lo que es real y lo que es falso, muchos han dejado de creer. Y eso es incluso más peligroso».
Yurkova lanzó StopFake en 2014 para abordar el problema en Ucrania. Desde entonces, el grupo ha evolucionado hasta convertirse en una sofisticada organización de comprobación de hechos en 11 idiomas.
La gente ya no sabe lo que es real y lo que es falso, muchos han dejado de creer en todo. Y eso es incluso más peligroso
Hasta la fecha, ha revelado más de 1.000 historias engañosas en Ucrania y ha enseñado a más de 10.000 personas de todo el mundo a reconocer cuándo una noticia es falsa.
Todo comenzó con un evento especialmente macabro publicado por medios estatales rusos que tuvo grandes repercusiones en el conflicto con Ucrania… y que nunca llegó a suceder.
1. «El niño crucificado» en Ucrania
En esta noticia distribuida por medios rusos hablaba de Galyna Pyshnyak, una mujer que decía ser una refugiada rusa. Pero Pyshnyak era en realidad la mujer de un militante prorruso.
«Una refugiada de Sloviansk recuerda cómo un niño pequeño y la esposa de un miliciano fueron ejecutados frente a ella», tituló el canal estatal Channel One Russia el 12 de julio de 2014, en medio de la recién estallaba guerra del Donbás (este de Ucrania).
La mujer aseguraba entre llantos que los soldados ucranianos habían crucificado públicamente a un niño de tres años en frente de su madre «como si fuera Jesús», mientras el pequeño gritaba, sangraba y lloraba.
«La gente se desmayaba. El niño sufrió durante una hora y media y después murió. Luego fueron por su madre», relató.
Pero todo era mentira.
De hecho, no solo no ocurrió, sino que el lugar también fue inventado: «Dijeron que el ejército acorraló a los residentes locales en la Plaza Lenin, en la ciudad de Sloviansk, pero esa plaza no existe», cuenta Yurkova.
A pesar de ello, este episodio tuvo gran alcance y fue reflejado en varios estudios como un ejemplo de «desinformación» en los medios modernos de comunicación de masas.
Para Rusia, esta noticia fue «una buena pieza de propaganda«, escribió el periodista Andrew Kramer en un artículo que publicado por el diario estadounidense The New York Times en febrero de 2017.
«Durante la crisis de Ucrania en 2014, noticias manipulativas y a menudo totalmente inventadas fueron vertidas desde la televisión rusa y desde páginas web a periódicos locales favorables».
La historia del niño crucificado no solo logró engañar a muchos en Ucrania y Rusia, sino que también motivó a que «tomaran las armas«, dijo Yurkova.
Por eso, advierte, las noticias falsas «son una amenaza para la democracia y la sociedad».
2. La niña de Kuwait y la invasión de Irak
Otro ejemplo de desinformación que dio la vuelta al mundo tiene como protagonista a otra menor de edad: Nayirah, una niña kuwaití de 15 años que denunciaba las atrocidades cometidas por los invasores iraquíes en su país.
Ocurrió en 1990, unos meses después de que el entonces presidente de Irak, Saddam Hussein, invadiera de Kuwait. En Estados Unidos, el presidente George Bush había fijado un plazo límite para que el ejército de Irak se retirara.
En aquel momento, la opinión pública estadounidense estaba dividida y se inclinaba más bien hacia la no intervención.
Pero entonces Nayira se presentó ante el Congreso de Estados Unidos con un brutal relato en el que aseguraba que los soldados sacaban a bebés prematuros de las incubadoras en uno de los hospitales kuwaitíes donde dijo que era voluntaria.
«Se llevaron las incubadoras y dejaron a los bebés muriéndose tirados en el frío suelo», aseguró compungida y entre lágrimas.
El impacto de su testimonio fue tal que muchos en Occidente se convencieron de que era necesario desalojar porla fuerza a las tropas de Saddam Hussein.
Pero, en realidad, se trataba de un testimonio que había sido preparado por una agencia de relaciones públicas en Estados Unidos vinculada a la monarquía kuwaití, según reveló una investigación de Amnistía Internacional, Humans Right Watch y periodistas independientes.
La niña resultó ser la hija de Saud Nasir al Sabah, el embajador de Kuwait en Washington.
«Dura unos 3 minutos y todavía es un testimonio poderoso», le contó a BBC Mundo James Garvey, autor de The Persuaders: The hidden industry that wants to change your mind(Los persuasores: la industria oculta que quiere cambiar tu opinión).
Las palabras de Nayira fueron repetidas una y otra vez por los senadores estadounidenses y por medios de comunicación. Finalmente, el país votó a favor de participar en la guerra.
«La historia (de Nayira) probablemente contribuyó a inclinar la balanza a favor de la guerra», sostiene Garvey.
3. Las fotos falsas en la crisis de los rohingya
En septiembre de 2017, el equipo Reality Check de la BBC, que fue creado específicamente para reportear y desvelar historias y noticias falsas, confirmó cómo una serie de imágenes engañosas «recrudecieron» la crisis de los rohingya en Myanmar.
Se trata de fotos y videos de conflictos que ocurrieron hace décadas, como la guerra de Ruanda, y que se usaron como propaganda para acusar de violentos a los rohingya.
De hecho, esas fotos precedieron a un incremento de la violencia en el norte del país, explicó la BBC.
«Fue muy espantoso y difamatorio, y en gran parte errado«, declaró Jonathan Head, corresponsal de la BBC en el Sureste Asiático.
«Los rohingya se han enfrentado a décadas de persecuciones en Myanmar, donde se les niega la ciudadanía», explicó.
De acuerdo con Head, «la información es muy vaga y los periodistas tienen un acceso muy limitado en la región«, lo cual habría propiciado la dispersión de imágenes falsas.
El primer ministro turco, Mehmet Simsek, fue una de las personas que tuiteó esas imágenes. Después pidió disculpas, pero el post original ya había sido compartido más de 1.600 veces.
«Hay una frenética guerra en las redes sociales alrededor de los rohingya. Yo mismo he sido bombardeado con imágenes muy desagradables en las que se muestran a víctimas de masacres, muchas de las cuales son difíciles de verificar», explicó Head.
«Obtener una imagen real de lo que está ocurriendo llevará mucho tiempo, dado el poco acceso de observadores neutrales en la zona», agregó.
«Pero las campañas de desinformación en las redes sociales endurecerán las actitudes de ambos lados y es muy probable que empeoren el conflicto».
Fuente: BBC Mundo