Pasar del pasado. Tenemos que continuar la vida y dejar lo malo atrás. Perdonar antes de llegar al juicio final. Comparto esta oración para hacerla después de confesarnos del albergar odios, rencores, resentimientos y afán de venganza: Señor Jesucristo, Tú que eres el Dios del perdón
y te has mostrado como el Gran Perdonador,
prepara mi corazón para perdonar.
Dame tu gracia para comprender a los que me han ofendido,
para entender sus límites y miserias,
sus miedos y angustias, y todo aquello
que envenenó sus corazones con la aspereza,
la violencia, la envidia o el rencor
que han descargado sobre mí.
Ayúdame a comprender que bajo las capas de su miseria
aún siguen siendo imagen tuya,
como también yo lo soy a pesar de la humillación,
el abatimiento, los miedos y la vergüenza
que me han hecho sentir.
Enséñame a perdonarlos como Tú los perdonas,
a mirarlos como Tú los mirabas desde la cruz,como Tú les ofrecías el perdón
y por ellos rezabas a tu Padre repitiendo una y otra vez:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Dulce Jesús, moribundo en tu Cruz,
si el perdón no nace espontáneamente en mi alma,
arranca de mí, con el ejemplo de tu martirio,
el deseo de venganza y de desquite.
No permitas que, a fuerza de alimentar mi rabia
termine por imitar los vicios de quienes me han ultrajado,
volviendo mi corazón tan duro como la piedra
y tan amargo como el de los que me hicieron el mal.
Infunde en mi corazón tu dulzura y mansedumbre,
tu clemencia y benevolencia,
tu serenidad, tu mesura y tu paz.
Tu humildad de corazón y tu amor sin límites. Amén.

¡Sea esta nuestra terapia hasta nuestro último día!.