Todos los años, en el último día, la primera Carta de San Juan nos exhorta a no actuar como el Anticristo, es decir:

los que utilizan su incorporación a la Iglesia para hacer dinero a costa de la religión,

los que mantienen relaciones sexuales fuera de su matrimonio y

los que llevan una vida de excesos lujosos, dispares en todo al Santo Hogar de Nazaret.

Permanecer en la Comunidad Eclesial con un estilo de vida pobre, casto y obediente es característica de las Comunidades que fundó el Apóstol San Juan.

Se pertenece a ellas por la Unción Sacramental recibida en la Fe Católica.

La comprobación de la misma si vivimos en la verdad o somos participes de las doctrinas del principe de la mentira.

Muy claro este examen de conciencia que hace timar la Iglesia para tomar medidas al respecto e iniciar un nuevo año civil hasta donde Dios nos quiera llevar.

Lo haremos bajo el amparo del Papa San Silvestre I quien consagró la Catedral del Obispo de Roma, San Juan de Letrán, haciendo acopio de la declaración de Fé: Y el Verbo se hizo Carne y habitó entre nosotros, así como aprobó la Confesión de fe del Concilio de Nicea del 325 DC en la Encarnación del Hijo de Dios del Vientre Virginal de María, su Madre. Año Jubilar de la misma es el 2025.