Reynaldo Brito

La Patrona del Pueblo Dominicano es la Madre de las misericordias. Ella nos ha recibido como a sus hijos, a pesar de ser unos desterrados a causa del pecado de nuestros primeros Padres. Ella escucha nuestras súplicas, sabe de nuestro llanto. Vamos a comulgar ahora, no un pan amargo, sino del Cuerpo y Sangre de Jesús, el fruto bendito de su vientre. A ella nos acogemos. Buscamos ser dignos de alcanzar las promesas divinas. Primer paso: para ella es reconocer a la Madre de Dios como Reina. Lo segundo: lograr que los momentos dulces vividos invadan nuestros pensamientos y no revolcarnos en las experiencias negativas que personas tóxicas nos han hecho pasar. Tercero: los ojos misericordiosos de Las Mercedes, su mirada siempre está sobre nosotros.
¡Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven!.