En el contexto del día Nacional de la ética ciudadana en la República Dominicana.
Los avances que se producen en el desarrollo de la historia del ser humano, están estrechamente vinculados a la ciencia, a los cambios sociales, económicos, académicos, pedagógicos y hasta religiosos.
Cuando un país no sustenta sus acciones en los valores, pierde su inmediatamente su rumbo como nación; por lo que, la moral y ética, sirven directamente de guía tanto en los Planes Estratégicos Institucionales; así como, en la conducta, que debe exigir cada uno de los funcionarios y servidores de la administración pública. Desde el nivel I hasta el nivel jerárquico VII.
Para aproximarnos a la definición de ética, cabe descartar que etimológicamente: Ética, proviene del vocablo griego ETHOS, que significa acción, costumbres, hábitos, modo de ser, o sea el carácter; el cual es propio a cada ser humano. El filósofo ático Sócrates, fue el primero en utilizar el concepto Ética, quien señalaba que la ésta es la teoría o ciencia del comportamiento moral de las personas en sociedad, o sea ciencia de la conducta humana.
Además, hay que afirmar, que la ética, o filosofía moral, es la rama de la filosofía que estudia la conducta humana, lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo, la moral, el buen vivir, la virtud, la felicidad y el deber.
Las sociedades actuales requieren que los valores morales y éticos estén presentes en las relaciones que se dan en las empresas e instituciones. Esto se debe a la sed de profesionales éticos, que actúen de con transparencia en la toma de decisiones, lo cual se hace rindiendo informes con claridad personal e institucional, apegados a la normas de convivencia.
Es propicio que con motivo de la celebración del “Día Nacional de la Ética Ciudadana” hoy viernes 29 de abril, nos avoquemos a luchar por instituciones públicas más sólidas, transparentes, comprometidas, equitativas que coloquen en el centro de sus decisiones los intereses de los ciudadanos nacionales e internacionales que le brindamos nuestros servicios.
Cabe destacar que el Concepto de Ética Pública, es la Ética Aplicada y puesta en práctica en el Ámbito Público. Presentamos dos elementos de Max Weber:
- La ética aplicada en los servidores públicos implica plena conciencia en sus actitudes, la cual se traduce en actos concretos orientados hacía el interés de la ciudadanía.
- Implica lograr una “ética de la responsabilidad”.
La ética del servidor público se materializa en cada acto que realizan las múltiples instancias de la administración pública. Lo cual es el resultado de la suma de miles de decisiones diarias de los funcionarios que laboran en las organizaciones públicas. Cada funcionario se encuentra diariamente con dilemas éticos que unas veces resuelve de manera rutinaria y otras como resultado de una profunda reflexión.
La ética es asunto de las personas que tienen conciencia, carácter, decisión, libertad, responsabilidad, compromiso así como capacidad de actuación. Porque un individuo imbuido de ética va más allá de sentir una satisfacción por poseer bienes materiales, busca maneras para servir.
Los paradigmas de Gestión Pública y Ética en el Modelo Weberiano, son:
Autoridad, capacidad, diligencia, disciplina, obediencia, espíritu de servicio, imparcialidad, integridad, jerarquía, lealtad, legalidad, mérito, neutralidad, objetividad, permanencia en el empleo, profesionalización, racionalidad, rigidez.
Los modernos paradigmas de Gestión Pública, son: Gobernanza – Estado del Bienestar, lo cual se evidencia y resume, en:
- Transparencia (glasnost),
- Rendición de cuentas (accountability), y
- Gobierno electrónico (e-government).
Para concluir nuestra reflexión en torno a la ética, invitamos a todos los dominicanos a seguir confiando en el fortalecimiento institucional, que han experimentado las empresas públicas y privadas de nuestra nación. Como ciudadanos, tenemos la tarea de seguir fomentando y promoviendo una cultura de paz y ética. Apagadas los mejores valores de equidad e igualdad, para el bien y el desarrollo de la institucionalidad de la República Dominicana.
Por: Francisco Polanco Reyes.
Docente Universitario y Servidor Público.