Vida de San Zósimo de Siracusa
Este papa pecó de ingenuidad, rehabilitando una primera vez al pelagiano Celestio, que había sido condenado por S. Agustín y por los obispos africanos en el concilio de Cartago. Se mantuvo firme en su posición hasta que un nuevo concilio decretó la misma condena.
Ahí Zósimo, con una carta llamada «Tractoria» tomó una postura, condenó el pelagianismo, y defino el dogma del pecado original, indicando en la gracia divina el único medio para la salvación espiritual.
Otra equivocación la cometió cuando estableció que los sacerdotes y los diáconos excomulgados por los obispos africanos podían acudir a Roma o bien a las iglesias cercanas para ser juzgados y rehabilitados. Una disposición que fue considerada una indebida ingerencia en campo disciplinario. No hubo secuelas, gracias a la actitud conciliadora de los obispos africanos que no levantaron ningún problema.
Su cuerpo es conservado en la iglesia romana de S. Lorenzo Extramuros.
Fuente: ewtn.com