Tanto el "ghosting" como el "orbiting" pueden afectar emocionalmente a una persona.

Cuando pensabas que por fin habías superado el trauma del «ghosting», ahora tendrás que preocuparte por una nueva tendencia en el vaivén de las relaciones personales.

Se le llama «orbiting», y es básicamente la nueva encarnación del ya trajinado «ghosting».

Para aquellas personas que han tenido la suerte de jamás haber sido sometidas a esa práctica social, «ghosting» es cuando alguien a quien has visto con cierta regularidad de repente corta toda comunicación, creando la ilusión de haberse desvanecido de la faz de la tierra sin explicación alguna.

«Ghosting» viene de la palabra inglesa «ghost» que significa espectro o fantasma; «Orbiting», que significa orbitar, lleva el fenómeno un paso más allá.

De vez en cuando, la misma persona que desapareció de tu vida se mantendrá viendo todas tus historias en Instagram y Snapchat, retuitiando tus tuits y hasta dejando uno que otro comentario como «ja, ja» en tus fotos.

Hace toda esa actividad mientras continúa ignorando tus textos directos (DM) o mensajes personales en las redes.

Y esto puede suceder durante meses o hasta años.

Ni chicha ni limonada

Es algo realmente extraño y frecuentemente molesto porque, para la persona que lo sufre «no es ni chicha ni limonada», como dicen.

Anna Lovine, que acuñó la expresión, explicó la tendencia así: la persona que practica «orbiting» te mantiene «suficientemente cerca para que ambos se puedan observar; suficientemente alejada para nunca tener que hablar».

Es doblemente frustrante que ser víctima del «ghosting», lo que no parecía posible.

Pero, si eso te ha ocurrido, no te preocupes pues no eres la única persona a la que le pasa.

Christina Varriale pregunta en Twitter: «¿Es ghosting si ninguno de los dos ya no envía textos pero siguen disfrutando de las fotos mutuas en Instagram?»

Por otra parte, Micki Minach reaccionó de la siguiente manera: «Para ser un chico que me hace ghosting eres bien rápido mirando mis historias en Instagram. Envía un tuit»

¿Por qué lo hacen, entonces?

Persia Lawson, experta en relaciones personales, dijo a la BBC que muchos lo hacen para mantener abiertas sus opciones.

«Se trata de tener un pie adentro y el otro pie afuera», explicó. «Es una manera de mostrarte, ‘Mira, todavía estoy aquí’, sin tener que estar dentro de una relación».

«Mantienen la comunicación un tris abierta en caso de que decidan que quieran retomarla otra vez».

No obstante, podrían estar sufriendo de FOMO, (fear of missing out) el temor de estar perdiéndose de algo fantástico o interesante que esté pasando en tu vida porque ya no están en la relación.

Lawson añade que algunas personas pueden no darse cuenta de que puedes ver quién ha visto tus historias en Instagram, aunque esa explicación es menos válida si alguien le da un «me gusta» a tus tuits o comenta en tus fotos.

Obsesión

Mientras puede resultar fácil desestimar a los «orbiters» como manipuladores o principiantes de las redes sociales, este tipo de comportamiento puede ser muy debilitante para quien es objeto de éste.

Mujer con teléfono móvil
Los expertos recomiendan bloquear el acceso de los «orbiters» a tu Instagram.

Es el peor tipo de señal confusa, porque el que orbita ignora todos los intentos de contacto significativo.

Persia Lawson dice que ha visto personas obsesionarse con los «orbiter», analizando sus propias historias en Instagram para descubrir por qué la otra persona las ha estado observando.

Advierte que es una pérdida de tiempo y energía valiosas.

«¿Cómo podrías tener una relación con esta persona? Literalmente te está dando migajas», afirma.

En cambio, recomienda que aprietes el botón de bloquear y no vuelvas a mirar atrás.

«No te abras a eso», aconseja. «Si te hacen obsesionar y enloquecer, bloquéalos. No pierdas el tiempo, verás que hay otras personas que quieren pasar el rato contigo».

Así que la moraleja es: si no responden tus textos, no merecen tus selfies.

Fuente: BBC Mundo