Muchos terminales están siendo sometidos a un uso mucho más intenso durante el confinamiento, te explicamos como mejorar fácilmente su velocidad y diagnosticar si algo va mal
Muchos pueden estar teniendo problemas con sus teléfonos móviles en pleno confinamiento. Cuando más falta hace que funcionen correctamente. Durante estos días algunos los usan más que nunca: para realizar videollamadas, mandar mensajes con frecuencia, hacer llamadas de toda clase, acceder a las cuentas bancarias e incluso realizar un diagnóstico sobre Covid-19 .
Si el teléfono se ralentiza, comienza a experimentar fallos como reinicios cuelgues o su batería se agota demasiado rápido está claro que algo va mal. Por fortuna, no es demasiado complicado ponerle remedio a muchos de los problemas que podemos estar experimentando. Es muy posible que siguiendo algunos consejos evitemos comprar otro terminal. Algo importante en un momento en el que hay incertidumbre por el futuro de la economía.
Comprueba la memoria de almacenamiento y borra información
Uno de los problemas más típicos de un teléfono, sobre todo si no tiene demasiado memoria ram ni memoria de almacenamiento, es que tengamos por debajo del 10 por ciento el espacio libre de memoria para guardar datos. Para saber cómo andamos de memoria de almacenamiento en un teléfono Android debemos ir a los ajustes del sistema. En esta web de Google se explica de forma muy sencilla el proceso y cómo liberar espacio de almacenamiento. Si usamos un iPhone podemos consultar esta web de Apple con la misma finalidad.
En el caso de Android es muy recomendable usar la aplicación Files de Google. De hecho es casi imprescindible tenerla en nuestros teléfonos. Esta app puede ayudarnos a eliminar datos y aplicaciones de forma muy fiable. Hay muchas otras que prometen lo mismo, pero algunas resultan ser contraproducentes. Pues ocupan mucha memoria y consumen demasiados recursos. En el caso del iPhone debemos eliminar las aplicaciones y datos que no usemos. Sobre todo si es un iPhone algo antiguo. En este artículo explicamos algunas claves para lograrlo. También hay que tener en cuenta si nuestro teléfono tiene capacidad para ampliar almacenamiento en tarjetas MicroSD. Usar una puede ser la solución a muchos problemas de rendimiento.
Haz un test de velocidad de datos
A veces se achaca el mal funcionamiento del teléfono a su hardware. Pero puede ser que nuestra red wifi o de datos funcione con lentitud. Eso explicaría que se entrecorten conversaciones en videollamadas o que las webs tarden en cargar. Recomendamos hacer un test de velocidad. El de Google es bastante efectivo, pues indica si la velocidad de nuestra red es rápida o lenta.
Lo ideal es realizar el test conectado a una red WiFi sin los datos móviles activados y luego otra conectado a la red de datos. Así sabremos si tenemos problemas con alguna de las dos redes. En la red que detectemos un funcionamiento anómalo debemos probar desde varios puntos para encontrar las zonas en las que la señal es más débil en el domicilio. En este artículo explicamos como mejorar la señal Wi-Fi en casa.
Reinicia y deja descansar al teléfono
Muchos con frecuencia nunca apagan sus teléfonos móviles. A lo sumo conectan el modo avión. Aquí puede estar la causa de muchos problemas. La memoria caché se satura, la batería sufre y en general el aparato va experimentando un desgaste. Reiniciar el teléfono o apagarlo al menos unos minutos al día puede ser buena idea.
Si disponemos de otro teléfono, incluso aunque sea antiguo, algunas noches podemos usarlo para recibir llamadas si estamos pendiente de algún familiar o amigo. Mientras que el teléfono principal descansa apagado. Cambiar la tarjeta SIM es sencillo, aunque es cierto que conviene hacer esta operación con cierto cuidado. Reiniciar el teléfono al menos una vez al día también es positivo y seguramente notaremos más fluidez al hacerlo.
Utiliza aplicaciones que consuman pocos recursos y desinstala lo que apenas usas
Muchas aplicaciones populares que consumen muchos recursos disponen de versiones reducidas que pueden ayudarnos a que el teléfono funcione mejor. Es el caso por ejemplo de Facebook, Messenger, Youtube, Twitter, o Skype. Sustituir la versión estándar por una reducida puede ser la solución a nuestros problemas.
También debemos tener en cuenta que si hay aplicaciones que apenas usamos no tenemos que tener ninguna compasión a la hora de desinstalarlas. Siempre podemos volver a instalarlas en cualquier momento. Sea en un teléfono Android o en un iPhone. Además, en el caso de los teléfonos Android conviene tener despejada la pantalla de inicio, pues demasiados complementos o aplicaciones pueden ralentizar el teléfono más de lo que sospechamos. Incluso es posible desactivar las que vienen instaladas por el fabricante en el teléfono, como en su día explicamos.
Instala la última versión del sistema operativo
Existe cierto temor, en parte fundado, a instalar actualizaciones del sistema operativo del teléfono. Por fortuna tanto Google con Android como Apple con iOS han logrado en los últimos tiempos que las actualizaciones logren de los teléfonos más antiguos funcionen mejor. En el caso de que el teléfono tenga más de dos años conviene informarse de si el rendimiento disminuye al actualizar el sistema.
Estas actualizaciones no sólo van a lograr que el teléfono funcione mejor, además van a permitir que podamos usarlo con mayor seguridad. Algo que es clave en unos momentos en los que muchos realizan toda clase de trámites con su terminal. Desde transacciones bancarias hasta firmar documentos digitales.
Si la batería dura poco la culpa puede ser de alguna aplicación
Tanto Android como iOS pueden informarnos de las aplicaciones que están consumiendo más batería. E incluso saber el estado de salud de esta. En Android podemos conocer esta información siguiendo las instrucciones que proporciona Google y lo mismo sucede con Apple en el caso de los iPhone. En esta web la empresa de la manzana da consejos para maximizar la autonomía y la vida útil de las baterías de sus productos.
En los iPhone el propio sistema operativo da la opción de ver la salud de la batería, e incluso elegir si preferimos mayor autonomía a costa de un menor rendimiento o un rendimiento normal a costa de una menor autonomía. Para Android hay aplicaciones que son capaces de monitorizar el estado de la batería. Un buen ejemplo es Ampere.
Localiza problemas de hardware
Si a pesar de todo lo anterior algo sigue sin funcionar debes realizar un test de hardware. Hay varias aplicaciones que hacen esto, pero una de las mejores es TestM. Disponible para Android y para iPhone. Esta incluso se usa como garantía en el caso de querer vender un teléfono por su fiabilidad.
Permite realizar diagnósticos rápidos y otros muy completos de hasta 24 pasos. De esa forma mide si los componentes del teléfono están o no funcionando correctamente. En varios de los pasos nos solicita que interactuemos, por ejemplo para ver si la pantalla táctil funciona bien en toda su área o escuchar sonidos a bajo volumen y así comprobar si los altavoces están en un estado óptimo.
Haz una copia de seguridad y restaura el teléfono a su estado original
Esta sería la última solución por la que deberíamos optar, pero es probablemente la más efectiva. Cada fabricante permite hacer copias de seguridad de todos los datos de los teléfonos en la nube. En Android los pasos se explican en esta web de Google y en el caso de Apple en esta otra web. También podemos hacer copias en el ordenador de nuestros datos. En el caso de Android cada fabricante suele disponer de un software propio para ello. En un iPhone la copia de seguridad se hace con iTunes en el ordenador.
Una vez que tenemos la copia de nuestros datos podemos restablecer nuestro teléfono a los ajustes de fábrica. Debemos tener en cuenta que todos los datos se eliminarán y al restaurar la copia de seguridad habrá algunas cosas que es posible que no funcionen igual. Por ejemplo, es probable que tengamos que volver a introducir contraseñas para acceder a servicios que estaban almacenadas en el teléfono.
Puede ser incluso buena idea no restaurar más que algunos de los datos esenciales, como nuestros contactos telefónicos, y empezar a configurar el teléfono desde cero. Evitando aplicaciones que lo han ralentizado. Si todo esto no es suficiente entonces podemos valorar mandar nuestro teléfono a un servicio técnico o comprar uno nuevo. Si no queremos hacer una gran inversión hace poco recomendábamos varios modelos por menos de 100 euros.
Si todo falla podemos valorar si debemos mandar el teléfono a un servicio técnico o comprar uno que lo reemplace, hay modelos que no superan los 100 euros y pueden ser suficientes para muchos.
Fuente: La Vanguardia